31.12.13

Bienvenida al resto de mi vida.

Bienvenida a los treinta, estoy casi seguro que tu cabeza ahora mismo es una explosión de ideas y miedos y es por eso que me siento con la obligación de explicarte que es lo que pasará en tus dias que vienen:

ESTÁ BIEN CHINGÓN TENER TREINTA PINCHES AÑOS, todos los errores que has cometido hasta ayer se convierten en sabiduría y ahora es más fácil decir "JA! PENDEJOS! YO YA PASÉ POR ESO, QUE LES VAYA BIEN", te conviertes en una especie de Gandalf con el atractivo sexual de Brad Pitt, no se por qué pero simplemente ocurre. También la vida es más sencilla y divertida porque los treintañeros no estamos interesados en dramas, por lo que simplemente nos alejamos de las fuentes de problemas innecesarios y absurdos porque ya nada es mas valioso que la paz mental para nosotros.

Quizá el único problema es el cuerpo, ahora tienes que cuidarlo mucho más porque la flexibilidad y esas cosas de las que disfrutábamos a los 20's poco a poco se van a ir y ahora una pequeña desvelada te dura casi toda la semana o una cena pesada te cobrará factura a la mañana siguiente. Los 29 años son el "colador" de fantasías pendejas de los 20's y cuando llegan los 30 te queda la bella realidad, esa inexplicable y absurda realidad donde todo es caos e injusticias y te hace decir "NO MAMES! ESOS MORROS SE ESTÁN DROGANDO A LAS 2 DE LA TARDE!" y a la vez te hace decir "ALV LO QUE NO SIRVE"

Son muchas cosas chingonas las que te esperan..."

24.12.13

Bienvenida/welcome

Tratas de ignorar que estás a 7 días de cumplir 30 años y de repente uno de tus amigos te recuerda uno de los monólogos de una de las pocas películas mexicanas que te gustan y te dan en la madre...

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Bienvenida a los 30 vieja...

En el fondo, no hay nada que hacer. Siempre tendrás dieciocho, porque eres joven sólo una vez, pero inmaduro para siempre. No hay instrucciones para cumplir treinta. Pero si las hubiera, serían estas:
- Haz una lista de todo lo que no te gusta de ti y luego tírala. Eres el que eres. Y después de todo, no es tan malo como te imaginas un domingo de cruda.
- Tira el equipaje de sobra. El viaje es largo, cargar no te deja mirar hacia delante. Y además jode la espalda.
- No sigas modas. En diez años te vas a morir de vergüenza de haberte puesto eso, de todas maneras.
- Besa a tantos como puedas. Deja que te rompan el corazón. Enamórate, Date en la madre, y vuelve a levantarte. Quizás hay un amor verdadero. Quizás no. Pero mientras lo encuentras, lo bailado ni quién te lo quita.
- Come frutas y verduras. Neta, vete acostumbrando a que no vas a poder tragar garnachas toda la vida.
- Equivócate. Cambia. Intenta. Falla. Reinvéntate. Manda todo al carajo y empieza de nuevo cada vez que sea necesario. De veras, no pasa nada. Sobre todo si no haces nada.
- Prueba otros sabores de helado. Otras cervezas, otras pastas de dientes.
- Arranca el coche un día, y no pares hasta que se acabe la gasolina.
- Empieza un grupo de rock. Toma clases de baile. Aprende italiano. Invéntate otro nombre. Usa una bicicleta.
- Perdona. Olvida. Deja ir.
- Decide quién es imprescindible. Mientras más grande eres más difícil es hacer amigos de verdad, y más necesitas quien sepa quién eres realmente sin que tengas que explicárselo. Esos son los amigos. Cuídalos y mantenlos cerca.
- Aprende que no vas a aprender nada. Pero no hay examen final en esta escuela. Ni calificaciones, ni graduación, ni reunión de exalumnos, gracias a Dios. Felices treinta, viejo. Bienvenido al resto de tu vida.

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A veces me llamo Viviana, pretendo ya no postergar aprender italiano y uso bicicleta cada vez que puedo; tomo mis caídas con filosofía porque me gusta pensar que siempre me levanto y logro sanar las heridas de cada una.

Bienvenida al resto de mi vida.

18.12.13

A mis 9; a mis 21; a mis 30.

No me dejan dormir estos casi treinta años que traigo encima.

Siempre me creí tan única, tan auténtica, tan nadie como yo o yo tan como nadie, que pensé sería inmune a esa cosa llamada crisis de la edad de lo que he dado fe que les ha golpeado a muchos. "Es sólo un día más; una fecha más; un año más", me repito. Y es que todos los días son únicos, nunca he sido devota de celebrar cumpleaños porque en todo caso, creo, debería celebrarse o llorar o lo que hagas cada día de igual manera.

Según los que no me conocen aparento menos edad; pienso igual y me comporto peor. Hace mucho que ignoré a la vergüenza, 24 años más/menos, cuando supe su significado. Por eso el ser infantil y no tener empacho en mostrarlo no me es difícil.

Cuando era niña, jugábamos siempre los mismos roles entre las vecinas de mi calle; yo era la hermana de 21 años que, como me parecían muchos, daba por hecho que tendría una vida hecha y lista para morir porque, se supone, que ya tenía todo lo que hubiera querido. Claro que no tenía noción del tiempo ni del espacio y llegar a esa edad me parecía muy lejano. 

No fui una niña profeta.

21 años. No era la profesionista consagrada que la 'yo' de 9 visualizaba en sus juegos. Ni siquiera sabía que estaba haciendo con lo que llevaba de vida. Estaba estudiando mi segunda carrera -que no me gustaba-, no tenía el novio  perfecto, vivía en casa de mis papás y emocionalmente estaba cuasipodrida por la noticia que cambió mi todo.

22... 23... 24... 25... Me proclamo reina del autoboicot de la década.

26... 27. Tuve al amor de mi vida: mi bar. Por z's razones tuve que cerrarlo. La salud mental es intangible pero es la que más fácil se rompe; yo ya no podía con eso.

28; despilfarro y ociosidad, a nadie le va mal un tiempo en el aire, sin rumbo, flotando.

29; otro de mis amores de la vida: DF. Mi amor a distancia porque así será; lo amo pero no podemos estar juntos.

A mis 29 todo iba normal hasta hace algunos meses cuando desperté pensando en que cuatro sílabas se resumirían a dos al mencionar mi edad. Entonces empecé a ver con lupa el mínimo detalle de cambio en mí. Mi primera cana, tres en todo el año, las ojeras se acentúan, arrugas aunque a veces creo que me las invento, dolores musculares y en partes que ni sabía que existían, cansancio extremo (ya no aguanto cuatro días de fiestas), preferir quedarme a ver películas los fines de semana que buscar socializar, entre otras muchas cosas.

Sería imposible poder enlistar importancias en tanto tiempo; necesitaría hacer diagramas de árbol para hacer mi relación año/suceso por mes y me llevaría el doble de los que estoy por cumplir.

Estoy bien. Voy a estar mejor porque qué triste debe ser estancarse en tu propio tú. Sigo siendo la adulto que se rehúsa a crecer, o a madurar, da igual. La que grita, la que llora y luego ríe, la que se burla de la pena ajena porque sé que lo harán cuando yo esté en el otro lado, la que canta, la que se pone histérica cuando hay mucha gente, la que ronca cuando duerme mal, la que siempre trata de hacer que los demás rían, la aprehensiva, la nerviosa, la que babea porque le hace falta un cambio de empaques, la irrespetuosa, la pinche vieja, la hermana, la tía, la hija, la amiga, la que finge un desmayo para romper la tensión, la que no come y no duerme en días, la preocupona, la que da consejos sin aplicarlos a su vida, la hostil con los hostiles, la que no quieres que sea o esté. Soy todo eso y más.

No hay lista pero no puedo quejarme; no debo arrepentirme y no quiero cambiar nada de lo bueno o malo que he hecho porque, a final de cuentas, todo ha sido la reacción de alguna acción que yo elegí. Está conmigo quien debe estar y estoy con quien me permite que sea recíproco. Me gusta mi trabajo y lo mejor ¡Me pagan por hacerlo!, y viene más para 2014, a eso se le suman más proyectos que espero se logren y diversificarme sin dejar el campo en que estoy. No tengo una casa que sea mía pero el hogar lo hace uno mismo, ya sea una casa rentada o donde more uno. Tengo mi música, mis fotografías, mis libros y todas las imágenes que no son mías pero las traigo en la mente y creo que en parte ya las robé. Nunca me he quedado con las ganas de nada y lo que podría ser aún no lo considero en los hubiera', simplemente un stand by. Tengo mucho. Más de lo que mi 'yo' de 9 años esperaba, o mejor, cosas completamente distintas a lo que creía que sería.


30... Loading...
Y a ver qué me espera; ya estaré el próximo diciembre escribiendo sobre eso.

Feliz casi cumpleaños, Sandra de casi 30; sigue haciendo lo posible para que tu Sandra de 9 años no sienta lástima de lo que se convirtió al ser adulta.

"And i feel like i can face the day, I can forgive and i'm not ashamed to be the person that i am today..."



Son las 5:23 am, hoy vamos a dormir, Sandra niña. Siempre te voy a cuidar.

18.11.13

Aunt Sandra.

Bueno, a veces no todo cabe en tuiter' y tengo que ir a Facebook a desplayarme, por eso me lo robé y mejor lo dejo aquí, igual a alguien le sirve. Yo tardé 30 años en descubrirlo.

Copy/Paste de mi Facebook mío de mí.


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Miren muchachillos' mecos'; les voy a dar un consejo antes de que lleguen a viejos:


Cuando andas en la antesala de la tercera década -o ya la pasaste- te cae el veinte de que el amor no es a fuerza; de que si lo ansías no va a llegar porque es un perro rabioso; de que el dinero no importa porque ya estás 'lagartón' como para mantenerte solo; de que los enamorados del amor asustan y dan desconfianza porque uno que no es así piensa que quieren a quien sea con tal de querer, a secas; de que si no hay confianza, en serio, ni se metan a hacer experimentos; de que quien lo hizo una vez lo hace dos veces; de que la belleza es relativa, muuuuy relativa, porque qué flojera que algo sea absoluto; de que si no hay admiración de ambas partes no hay oportunidad de que haya progreso y sólo estarán haciéndose perder el tiempo y, lo más importante creo; QUE ESTAR SOLO NO TE HACE SOLITARIO, NI ES PECADO, NI DEBE AMARGARTE, PESARTE O PRESIONARTE porque a final de cuentas el amor de nuestra vida debe ser uno mismo.

Ya decía mi abuelo, el muerto, y a los muertos hay que creerles:

El día que quieras más a alguien que a ti mismo habrás valido madre.

Ah sí: Tampoco quieran a alguien nomás' porque ese alguien los quiere; no nacimos con el letrero de casa de beneficencia. No es su culpa no ser recíprocos; ni es culpa tampoco de otro alguien si no les corresponde.


Tan tán. Vengan, la tía Sandra los va a abrazar.

31.10.13

Mi payola

Es sabido que siempre comienzo mis posts con la estrofa de alguna canción para rematarlo con otra porque siempre he sido mala con los finales y ello me facilita las cosas; no sé si esta vaya a ser la excepción.

Esta publicación no tiene otra intención más que dar a conocer material musical, que no se sale mucho del tema, de gente que en lo personal quiero y estimo. Así que ¿por qué no usar algo que es mío a favor de gente que no es mía pero que considero importante?


Va. 


No es secreto que soy de un estado pequeño con grandes rezagos respecto a todo; políticos, científicos, sociales y de todas las áreas que se le ocurra que bien podrían ser insertadas en este párrafo. Por lo mismo, ni los ojos del mundo, menos los de México como país, voltean hacia nosotros; eso hace doblemente difícil darse a notar en cualquier rubro. En este caso les hablaré del musical que es de lo que podría tener más conocimiento siendo nacida ahí y con algunos antecedentes que me permiten hablar del tema. 

La escena musical en provincia es difícil; más si eres el segundo estado con mayor número de migrantes al país del norte; repito, no hemos tenido mucha suerte ni siquiera con el presupuesto que se destina anualmente para los planes de desarrollo (...autocomplete), por lo que hablar del presupuesto a cultura es echar palabras a un saco roto. Gobierno dice que no hay proyectos. 

En un lugar donde lo que se acostumbra es escuchar géneros regionales; despreciados por muchos pero nunca superados por quienes los aman; destacar o hacer que la gente se fije en nuevas propuestas es de un mérito exponencial. 

Aproximadamente en 2005, yo era gruppie/fan de una banda que en aquel entonces era parte de una oleada que a nivel local tenía gran auge; sólo conocía al baterista por ser novio de una de mis amigas. Así fue como, aunque ella no asistiera, yo empecé a ir religiosamente a cada tocada que la banda hacía. Cuando me di cuenta ya era parte del staff sólo por cargar tarolas, lo que me otorgaba el beneficio más placentero que una banda joven podría tener: alcohol y reconocimiento. Y aunque éste último no era para mí, logré sentirme parte de. Entonces había más músicos, con los que yo no convivía pero el grupo sí, que gozaban de lo mismo haciendo más que una competencia por ver quién tenía más seguidores; una hermandad. La más fuerte y bonita que he presenciado hasta ahora. 

Como todo y como todos, cada quien tomó un rumbo distinto haciendo que las coincidencias ya no fueran tan coincidentes'; sus prioridades tuvieron que cambiar y la música se volvió otro hobbie,  para dejar de ser un estilo de vida; terminaban su carrera y comenzaba el trabajo, ya no había tiempo; bodas, hijos y un sinfín de etcéteras que podrían nombrar pero se extendería sobremanera este texto. Se extraña tanto todo. Tiempo después, las causalidades me llevaron a una fiesta donde uno de los miembros de la banda de la que yo era gruppie/fan también estaba. Yo, para variar borracha, le di un nombre falso y platiqué con él toda la noche porque mi compañero de fiesta había atrancado la puerta cuando cayó semidesmayado' (en verdad estaba inconsciente de alcohol) y yo debía esperar a que despertara. Nunca creí que el tipo al que le di un nombre falso, porque no pensé que fuera a tener empatía con él, se convertiría en uno de mis mejores amigos hasta el momento. Ocho años en febrero, si mi memoria no falla. 

29 de octubre de 2013 y me encuentro con que el nuevo proyecto de mi amigo, con músicos con un talento que me hace sentir mínima, de esos tiempos gloriosos, está en línea, pasándome una liga que no pude escuchar como se debe hasta dos días después. 

Ya es 31 de octubre, 2013 también. 
Ya pude escuchar el material como es debido. 
Ya pude enamorarme de su música de nuevo. 
Ya siento la emoción de la mocosa que tenía 21 años y se sentía soñada al viajar con la banda. 
Ya ansío poder estar en un cuarto de ensayos.
Ya los valoro más que antes porque se supone que mi madurez debe ir acorde a lo que he vivido. Mas aún con las dificultades que puedan tener ahora para lograr que sus horarios de ensayo empaten. Es un todo muy difícil de compaginar.

Quien me conoce sabe que sufro en serio y me genera un conflicto muy grande eso de las etiquetas y géneros musicales. Yo sólo sé qué es y ya. 

Después de muchos años, un mashup de músicos de las bandas que en mi juventud -más joven pues- eran el hit, donde para muchos gustosos del tan amado u odiado (como género) post-rock, este grupo realiza su primer EP; un compilado de tres canciones que te dejan con ganas de escuchar más pero hay que dosificar porque de lo bueno poco, dicen. Y mucho más es lo que viene.

Cucs De Llum brota de la necesidad de no dejar la música de lado; quizá no para vivir de ella pero sí para recordarnos que los instrumentos son para usarse y no sólo para ser exhibidos. Esa batería tiene que lograr que los platillos queden desgastados; hay cientos de cuerdas qué reponer por un hype al estar reventando el clímax de una pieza en el bajo o guitarras; y algunos pedales esperando efectos sonoros y hasta raros, listos para ser escuchados.

Cucs De Llum no volvió porque no existía; sus integrantes sí, pero la vida hizo movimientos extraños para que un montón de músicos con un talento bruto, estuvieran en un mismo proyecto que espero sea de larga vida y qué mejor, de largo alcance.

Ahora la payola sin paga:

Para escucharlos, pinche aquí: 

Si le agradó lo que escuchó, EP para descarga gratuita, pinche aquí: 

Si lo convencieron las dos anteriores, entonces queda la fanpage de Facebook, pinche aquí:
https://www.facebook.com/CucsDeLlum  


Si nada le convenció pues pinche. A secas.



Gracias, forever youngs, por hacerme volver al 2005. Y aquí estoy para cargar tarolas, beber cerveza gratis fingiéndome parte del staff espantando a las gruppies que sólo querían coger con ustedes. Porque somos jóvenes sólo una vez pero inmaduros toda la vida. 



"And the corn's a bumper crop, and the fields are full of dancing, full of singing and romancing... The music never stopped"





8.10.13

No.

Un día random despiertas y no sabes para dónde vas.

Tampoco sabes ubicar los puntos cardinales y más perdido te encuentras aún. Ese mismo día se te olvidó cargar la sonrisa y los ojos expresivos en el bolso y sólo traes un plástico para pagar en caso de emergencia, cero efectivo y al contrario de los dichos, son cosas que no puedes comprar. Ese día no haces más que matar el tiempo porque tu sentimiento es tan fuerte pero eres tan bueno/débil que no puedes matar otra cosa.


Un día no tan random por ser cumpleaños de tu padre; te sientes sólo un poco más mierda que de costumbre y terminas siendo consolada por un bolero. Entonces empiezas a hacer recuento de cuando éramos felices pero no se acabó; lo terminamos.

Un día te duele la cabeza hasta el punto de casi chocar contra un coche porque la conciencia te iba nublando la vista con imágenes y escenas que creíste haber sepultado y era cuestión de tiempo para reventar. Luego empieza la voz diciendo "ya comienza"; yo sé lo que tengo que empezar pero esa estúpida e intangible cosa llamada orgullo no es fácil de combatir. Tengo cerca de catorce años sin dormir más de cuatro horas seguidas; he durado tres semanas con quince horas prorrateadas, no quiero pensar que la conciencia tiene algo que ver con esto.

Tengo una lista de perdones guardada y no sé cómo empezar a tachar nombres. Creo que yo no tengo problema con nadie; no me gustan. Pero hay quien sí, sus motivos tendrán.



De lo que lee usted no crea más que lo que para su bien le convenga. En este mundo nadie es transparente.



Como vulgar y coloquialmente se diría la he cagado.  De esas formas en que sólo se echan a perder las cosas cuando uno nunca aprendió a estar bien. De esas en las que sentía un dejo de estabilidad y salías corriendo porque somos humanos; por ende, pendejos y tenemos un miedo natural al cambio.


Un día te despiertas en otra ciudad y tardas cerca de cinco minutos en reconocer dónde estás, qué haces, con quién cuentas y quien sólo lo dice por compromiso; y te asusta no ver una cara conocida; y se te empañan los ojos pero no tiene caso deshidratarse. No hay Gatorade para esas cosas.

Un día te va a pasar lo mismo; extrema precauciones y lleva agua de toronja: el orgullo sabe a cuando despiertas vomitando bilis, a alguna décima potencia.

Un día. Uno nada más. 




Sorry seems to be the hardest word.

16.9.13

Desde la nada.

Como voltear a ver la cama y verla vacía, muerta. Y verla como lo que es: algo inerte. Como si esperaras que se moviera para no sentir que enloqueces de a poco.

El montón de cobijas hacía parecer que había un cuerpo acostado fetalmente pero no era más que la ilusión de sentir que alguien le hacía compañía. Se levantó de la silla y empezó a jugar con las mantas borregas, bailándolas porque la soledad es una cabrona y hace desvariar hasta al más cuerdo. Entonces su pareja de baile se le fue entre las manos volviéndose agua morada que se vertía en un chorro en caída libre. Sin creer lo que le estaba pasando se hincó sobre la duela y se asomó al vacío que se había formado en la cama.

Un hoyo negro que parecía respirar y susurrarle que se lanzara para narrar desde adentro qué era lo que estaba presenciando. No lo hizo. Ya una vez cayó en un agujero sin luz, si es que era del mismo tipo, y la experiencia no fue grata en absoluto. Siguió en cuclillas a la orilla del vacío que se había formado en el colchón tragándose a su compañera de baile. Esperando algo, lo que sea; una voz o ruido; un objeto hacia afuera; un susto por lo menos. Sólo veía movimientos en espiral; luego concéntricos hasta provocar náuseas. Gritaba sin obtener respuesta de regreso pero todo seguía igual. Vio el reloj y lo que para ella hubiera sido una hora no fueron más que tres minutos.

Después de haber visto la nada comenzó a cuestionarse si ésta es su vida o la de alguien más; si es la primera o la última; si está en un mundo alterno o en el real. Porque en la nada no hay pasado, ni futuro, ni siquiera presente; nada tiene tiempo conjugado. En la nada sólo hay eco y silencio y no se llevan bien, tanto que nunca pueden estar en el mismo lugar al mismo tiempo. En la nada no existen las casualidades, ni causalidades, menos el destino o la suerte. En la nada sólo hay carencia de luz y puedes inventar el mundo que deseas: el mundo perfecto; el de un ciego que no conoce y todo lo que tiene es creado por la óptica que le ofrece el resto de sus sentidos. En la nada todo es hermoso o abominable. Todo es mentira o verdad. Y al contrario: todo es absoluto y nada relativo. En la nada podemos ser todo o nadie. En la nada no hay puntos medios. En la nada somos eternos. En la nada somos y no…


La nada es encantadoramente seductora. Tan lo es que ésto que lees quizá no sea. Y la nada es testigo.

Es tan tarde y yo sigo en la nada.

"...I'd been listening to lies but in silence there is truth, there is beauty, there is love. There is nothing in the silence to be frightened of"


2.9.13

Un puñado de coincidencias.

Escribí una entrada sumamente larga y a Blogger se le hinchó no guardarla, ni publicarla. Nada.

El punto es que me caí de la bicicleta mientras escuchaba Un Puñado de Coincidencias frente al único puesto de dulces que había en un largo tramo. Vi el pasto y las hojas secas a la altura de mis ojos porque puse las manos y no alcancé a irme de cara; la bicicleta cayó del lado del asfalto y tres señoras se acercaron a preguntarme si estaba bien, buscando si no estaba sangrando, y a un policía para que me llevara con alguien a que me revisara. Todo fue muy rápido. Me torcí la canilla y el tobillo izquierdo sin poder apoyarlo bien. Tardé unos minutos en recobrar la conciencia que no había perdido pero me sentí algo desubicada. Una de esas señoras me persignó y dijo que no estaba sola, supongo notó mi acento.

Seguí avanzando aunque en verdad dolía todo. Me estacioné, saqué mi libro, mis lentes y mi termo y me recargué en un árbol. Irónicamente, empecé a leer Morir Más de una Vez; un día antes de un aniversario que quisiera no recordar pero ya está en mi cabeza y no puedo desecharlo todavía. El puñado de coincidencias.

Después descubrí la pierna, le eché agua porque estaba aterrada, al momento de hacerlo, cayó un pedazo delgado de piel -hacía tres meses que me caí por mi culpa y la de un tacón en el lodo-, yo decía que cada que doblaba la rodilla sentía que se abriría de nuevo la herida; me respondían que eran mis nervios. Al ver cómo se desprendía esa capa cutánea me di cuenta que también el cuerpo puede ser hipócrita: era una cicatriz falsa.

Ignoré el dolor un rato y sólo me quedaba pensar en cuántas cicatrices falsas he de tener, o hemos, para pensar que una herida está sanada. Cuántos perdones no son sinceros o cuántos recuerdos hemos tapado con una capita de piel haciéndonos creer que está regenerada. Todo se metaforizó'.

Me levanté después de dos horas. Ya no podía pero estaba a tres minutos de casa. Me dolía caminar por el tobillo torcido y pedalear por los raspones. Un tránsito o policía, no recuerdo, preguntó si me pasaba algo. "Me caí hace un rato pero ya casi llego a mi casa, gracias", no había tráfico y me ayudó a cruzar la calle, luego me dijo "con cuidado, hija, Dios te bendiga". Le sonreí y seguí pedaleando.

¿Qué hacía yo con dos bendiciones de desconocidos en un sólo día? ¿explotar? Gracias, nada más.

Parecía que, aunque se rumora fue estrepitosa mi caída, todo estuvo donde tenía que estar para que no pasara a mayores. Causalidades; no casualidades. Un puñado de coincidencias (?)

Lo que a la gente le falta es caerse de la bicicleta más seguido; recibir bendiciones y ayuda de desconocidos y descubrir si sus cicatrices son falsas para ver si en verdad hemos perdonado o sólo estamos lleno de capas hipócritas para hacernos creer que todo está bien.

Esa canción tan coincidente con todo mi día. Ya me hacía falta.

30.8.13

TOC TOC... ¿quién es?

"Feels like I'm falling
I've been falling for a mile.
Took time to realise
I've been falling for your smile.
Love's a cliché..."

Recientemente vi un video con su respectiva traducción de un tipo con TOC -que no recuerdo si es o no escritor- en el que recita un poema de su autoría donde prácticamente narra su forma de ver el amor desde la perspectiva de alguien con un trastorno mental.

Muchas fueron las reacciones que provocó el mismo en las que a unos nos partió en pedacitos mientras otros, me imagino lo vieron desde el punto de vista profesional, refiriéndome a los conocedores del arte de escribir, les pareció soso, predecible y hasta pretencioso, llegué a leer.

Puesto que yo carezco de conocimiento en lo que al mundo escribano respecta, me dejé llevar ya sea por el sentimentalismo, la proyección o hasta la expresión del autor cuando declamaba su poema volviéndome un charco de lagrimas en un video de pocos minutos.

Entonces me entró un miedo terrible de ya no volver a escribir por las críticas tan duras que podría recibir (aunque no me dedico a esto) y pensé en no hacerlo más. Que lo que escribí alguna vez ahí se quedara para sentir que alguna vez escribí para mí y no para los demás.
Y me atacó la duda de si todos los que sufren de alguna enfermedad, alguna deficiencia del puto cerebro que se deschabeta' a los 21 y deben aprender a lidiar con ello; y esconderse para no lastimar a quienes quieren; y sedarse para no lastimarse a ellos mismos; y aprender a fingir para que nadie pregunte; y poner las manos bajo la mesa para que el interlocutor no vea que se está rasguñando las manos de ansiedad; y tener que decir que son muy imaginativos para esconder sus alucinaciones; y tener que ir al baño para poder golpearse las sienes sin que nadie les diga nada cuando algo los sobrepasa; y... tantas cosas más, por ser diferentes en su condición tan particular ¿todo lo que pudieran escribir pudiera tomarse como pretencioso o predecible?

Fue ahí cuando me di cuenta que cualquier cosa que pueda escribir ya está dicha; no estoy jalando el hilo negro de nada. Sólo lo hago para ya no tener que vomitar. También porque confío cada vez menos y esto es más una válvula de escape de mí misma.

Hablar de amor es cliché; es pretencioso; es plano y, para los no involucrados, puede ser soso y aburrido, en ese punto puedo darles la razón a algunos. Mientras tanto todavía estoy pensando en si algún día daré a conocer cómo quiere alguien así... como una. Que es neófita en casi todo e ignorante en mucho más.

Hay quienes dejamos la locura diagnosticada a un lado para dar paso a otro tipo de locura, esa riesgosa pero que a veces vale la pena: amor le dicen.

Tómese el tiempo; no siempre es malo. Es bonito cuando las partes están en sintonía. Y si le va mal pues enloquezca y escriba lo que le plazca.

En fin, del suelo o del cuarto con colchones en las paredes no pasa.


P. D. No más posts de amor porque se me perdió en la central del norte. Ya después.

1.8.13

Caucho.

Hay un pedazo de caucho en forma redonda, inflado con algún tipo de aire entre un terreno con hierba que no ha sido podada en largo tiempo. Es simplemente caucho en medio de la maleza de unos 10 centímetros de alto.

En ese momento pasa un montón de adolescentes que ven el caucho abandonado entre la nada. Comienza uno dominándolo, la pasa al de al lado y remata con el otro para darle un cabezazo'. El pedazo de caucho se convirtió en un balón y ha puesto en movimiento a todos; una cosa lleva a la otra. Comienza a llover y el movimiento se acelera; no huyendo de la lluvia pero sí jugando con ella.

Jóvenes; con vida, energía, ganas, ideas, sueños, imaginación y voluntad para cumplirlos. Porque cosas tan triviales como encontrar un balón; una laca; el momento ideal para una foto; el aislarte del mundo con un par de audifonos; el simular que tocas la batería mientras caminas a tu destino; el escribir en el aire en cursiva porque no puedes hacerlo en una libreta; el sonreír tontamente sin algún motivo; crear lo que ya está creado pero ahora a tu manera; todo puede hacer la diferencia.

El movimiento no es sólo físico; va desde la retina hasta el dedo que escribe en el aire y la fuerza que usas para gesticular cuando la canción que ibas tocando remata perfecto. El movimiento está incluso al respirar para exhalar y hacerte sentir que tus pulmones y tu corazón también se mueven.

El movimiento eres tú porque a final de cuentas, tú dominas el balón.

"Now, hit the road, Jack. And don't you come back no more, no more, no more..."

Pero ni para ver qué dejas atrás.

30.7.13

No crezcan, es una trampa.



"If the children don't grow up, our bodies get bigger but our hearts get torn up..."


Cuando era niña y veníamos a D.F., mi papá amaba tomar el metro; yo no.

Tendría 8 o 9 años la vez que conocí una estación, no recuerdo cuál era pero trasbordamos. En ese entonces ya tenía la imagen del señor cantando Bohemio de Afición en Guadalajara pasando su gorra por los asientos a cambio de dinero. Yo tenía cuatro años, casi cinco, y el coche estaba descompuesto por lo que debimos tomar un autobús. No entendía por qué algo que yo hacía todo el tiempo (porque en verdad así era) por puras ganas y gusto, alguien debiera hacerlo para comer. Fue en 1988 cuando mi cabeza se hizo nudos por tratar de entender que no todos vivíamos igual; de ahí el detonante para cuestionar todo: una niña con una vida fácil viendo a alguien que sabría dios (si existiese en aquel entonces también o sólo sea una moda hoy) con qué tendría que lidiar para poder pasar al día siguiente.

Retomando a la ciudad de México... Yo no había cumplido los nueve cuando nos trajeron a Reino Aventura, sí, todavía existía. Conociendo no sé porqué casi a la perfección todas las rutas y nombres de calles y avenidas, mi papá nos movía en metro porque "esto es de las mejores cosas que puede haber en una ciudad", decía. Donde él veía modernidad, eficiencia, rapidez, economía entre muchas más ventajas (que no niego); yo veía lo que había visto cuatro años antes: pobreza, disparidad, desigualdad y demás fatalismos que a mi enana vida podría notar: niños subiéndose a vender dulces, señoras con bebés en la espalda haciendo lo mismo, gente dormida en los vagones y otros borrachos tirados en los pasillos. Parecía que papá y yo no estábamos viajando en lo mismo. Parecía que estábamos en ciudades distintas. Aún así amaba venir a México, porque así le llamaba yo. Ni Ciudad de México, ni D.F.; era un "quiero ir a México" a secas, como si dentro de esa ciudad estuviera todo el país. Para mí así era.

Siempre he visto el vaso 10 mililitros medio vacío. En fin, esta no es la historia del porqué no soy amante del transporte público o algo parecido.

Hace menos de cuatro días usé el metro porque cuando es necesario -aunque no me guste- lo uso. Fue ahí, pasadas las 6 de la tarde cuando se subió una familia en la misma estación que yo y fue como si yo estuviera dentro de su escena: papá, mamá, dos niños de entre 9 y 11 años y otro, también varón, de cuatro años a lo mucho. Yo iba en medio de los cinco integrantes, era un extra; el más pequeño iba sujeto al tubo y a la mano de su papá; la mamá a un lado mío y los otros dos niños adelante de mí. Yo entrometida escuchaba todo lo que decían. Era sábado de aprender a usar el metro por lo que pude escuchar; el papá les preguntaba por una estación y al niño que contestara primero y acertadamente no sé qué premio le daría. La mamá los veía y no la vi dejar la sonrisa ni un momento. De repente el hijo menor iba a caerse y se agarró de mi falda, la bajó un poco, nada escandaloso. Me pidió disculpas el señor, los otros niños se rieron, y cuando menos me di cuenta ya estaba junto con ellos viendo el mapa de las estaciones y sonriendo a la par con la mamá. Es la cosa más bonita que he visto en el, no tan querido de mi parte, oruga naranja. Fue la primera vez que no lo vi como algo tortuoso o sacrificado; la primera vez que quise irme hasta donde terminaran su recorrido para poder verlos jugar pero Isabel La Católica ya estaba esperándome.

Quizá si mi padre hubiera hecho algo parecido en mi infancia, yo tendría nostalgia y no melancolía al recordar esa experiencia.

Quizá para esos niños va a ser uno de los mejores recuerdos que tengan con su papá. Quizá yo voy a estar en uno de ellos como la señorita a la que le bajaron la falda, dentro de quince años.

Mis ridículos siempre valen la pena. 



"Someone told me not to cry..."

En serio, no crezcan. Es una trampa.

24.7.13

Su monólogo, casi.



"It's not time to make a change, just sit down, take it slowly. You're still young, that's your fault, there's so much you have to go through..." 


La era digital nos alcanzó al punto de estar al mismo nivel viejos y jóvenes. En una plática por medio de esas aplicaciones que están en boga con los teléfonos inteligentes comenzó mandándome fotografías de un árbol tirado a la orilla del mar con un camino de huellas que se veían venir. Eran sus pies los que lo habían trazado sólo para tomar una fotografía: "de esas bonitas que cuando vuelvas a tener una cámara, tomarás de nuevo", decía.




"Hija, hoy el mar me despertó muy temprano, andaba inquieto. Ya mejor me levanté y me salí a caminar junto a él a ver si se tranquilizaba", fue su primera nota a eso de las ocho de la mañana, precedida por la foto mencionada.

"Te envío la huella de mis pies junto con un árbol viejo, como yo, que algún día fuimos fuertes y ahora nos quiere arrastrar la corriente como algo que ya no sirve", segunda nota.

"Voy caminando solo a la orilla del mar con esta olas encrespadas, como queriéndome llevar pero todavía no es el momento", tercera nota.




Yo no podía contestar; era la primera vez que mi viejo me ganaba en palabras y yo no podía refutarle nada. Mis dedos estaban callados y yo probando agua con sal para no llorar mientras lo leía.



"Quisiera estar ahí, perdóname", contesté.

"Y aquí sólo faltas tú para que hubiera sido perfecto, pero como dices; lo perfecto no existe porque qué aburrido, ¿no? En fin, hija, ya tendremos tiempo, porque lo habrá ¿verdad?", cuarta nota.

"Te lo juro por lo que tú creas sagrado y sabes que no juego con eso", dije.

"Te creo entonces. Te dejo que trabajes, tú déjame pensar ahora que tengo tiempo. ¿Vas a escribir de esto verdad? ¡No te conociera! Lo bueno es que tus letras siempre son bonitas", quinta nota.




No escribí nada, papá. Copié y pegué la conversación que tuvimos (tuviste) por medio de esa cosa del diablo, como tú sueles llamarle. Yo fui un interlocutor casi monosilábico, me dejaste seca, sin palabras, no lo vuelvas a hacer porque me rompo y estoy muy lejos para que puedas componerme.  



"Now there's a way and I know that I have to go away. 
I know I have to go"




Siempre abriéndome camino. 

21.7.13

El primer suicidio.

Ya no sabía qué día era.

Había sido tanto el tiempo encerrada que, dado que en el cuarto donde estaba no había tragaluz alguno, no tenía noción del tiempo, sólo del espacio que era en el que se había conducido en ese lapso. 



"Wine is fine but whiskey's quicker, suicide is slow with liquor, take a bottle and drown your sorrows then it floods away tomorrows"




Era su primer suicidio. 

Nada fácil; plantear un escenario fatalista no tiene porqué serlo. Se llamaba Ana, siempre bromeaba con que su nombre era corto como lo sería su vida. Iba a cumplir 26 en medio mes pero nunca le gustó celebrar; quiso ganarle al tiempo y al parecer lo logró. Como un anciano preparándose ante su partida; hizo todo para no provocar conflictos después de muerta; pagó deudas, pidió perdones, perdonó también, dijo los te quiero que creyó pertinentes y les alegó a los que sabía que la querían que debía hacer un viaje de trabajo y podría estar incomunicada por lo que no les pareció raro pues estaban avisados. Además: "Ana es una loca, pero siempre vuelve", decían.

Tenía tiempo pensándolo pero sólo de hacerlo se sentía culpable. Era su momento; estaba bien en todos los aspectos de su interés excepto uno: vivir. El tedio que le provocaba comer, dormir, despertar, bañarse o cualquier cosa perteneciente a una rutina la sobrepasaba. "¿De esto trata la vida?", se lo preguntaba a diario.

Un día pasó por una licorería y compró una botella de whiskey, tenía frascos de pastillas para dormir y sabía qué hacer. Aunque también sabía que podía fallar y lo último que quería era vegetar hasta que, ahora sí, de manera natural pasara lo que ella ya esperaba esa noche, por lo que disolvió kilo y medio de sal en agua de limón y lo bebió. "No vuelvo a suicidarme, a la próxima prefiero tomar tres litros de bilis", dijo.

Pasaron tres horas. Tres en las que estaba entredormida y con la presión al suelo por el exceso de sal. Pensó en todos y en todo. Lloró, vio fotos, escribió, se arrepintió por un momento pero la decisión ya estaba tomada y en marcha. Se puso el vestido que más le gustaba y se arregló como si fuera a salir. Se recostó en posición fetal, con el rimel corrido de las lágrimas que se habían colado. Mientras, esperaba con música de fondo desconocida para no hacer asociaciones en su próxima vida. Ahí se perdió en las horas y durmió... como tantas veces lo había pedido. 

"Made your bed, rest your head..."



Después de tantos días de cautiverio; tomó sus llaves, sus audífonos y salió a caminar como si todo fuera nuevo. Le fue demasiado pesado escribir su primera historia con final triste -aunque feliz para Ana- pues era lo que ella buscaba.

Ana no volvió. Le ganó al destino, a la vejez y a la vida...

¡Oh, Ana!



"Where to hide, suicide is the only way out, don't you know what it's really about"

14.6.13

Rob...

"Every minute after midnight All the time I'm spending Is just for workin'on my rewrite Gonna turn it into cash..."

Yo no sé qué vi.

Tampoco sé si lo soñé o si estaba esperando el efecto de las pastillas. No sé si mis ganas de sentirme aferrada a algo, mis ansias de pensar que mis raíces -aunque lejos- seguían conmigo, hicieron que imaginara lo que ahí había.

El lado izquierdo de la cama suele ser mío, al menos al acostarme pues siempre despierto como Cristo invertido. Mi casa provisional (a la que le llamo madriguera por sus 30 metros) la recibí con un sillón duro como mi cabeza, un buró y un escritorio; mi escritorio.

Es un espacio raro. Cómodo, con un pedazo de patio que da lugar a un tragaluz y no sentir que estoy 'en un cuarto subterráneo para estar lejos de Dios y con la cara finísima de la soledad'. Sí, estoy sola pero no solitaria; siempre algo me acompaña.

Uno no se conoce hasta que se sabe solo. Pero solo en serio. A nueve horas de la gente que no importa en qué tanta mierda te metas, soportarán la pestilencia y hasta ayudará a salir limpio. Cuando un teatrero me dijo 'mucha mierda' yo también di por hecho que me deseaba éxito pero igual soy una excepción. Quizá en verdad todo se va a ir acomodando y me voy a reír de esto en unos meses: siempre se pasa, yo nomás' respiro profundo.

Después del intro con desviación hacia una nada, retomo: mi escritorio.

Mi escritorio tiene un nombre pero sólo yo lo sé porque uno ya está etiquetado de loco como para andar dejando asentado para la posteridad que así es.

Mis causalidades fueron muchas. Desde comenzar en la última página en los anuncios; hablar de urgencia con el arrendador y pasar el casting' que éste nos hizo a los candidatos para ver quién se quedaba con el espacio. Me quedé yo de cuatro que ahí estábamos; que el edificio donde -por ahora- laboro esté exactamente a 5 minutos, estar junto a un bar y, la causalidad más bonita: mi calle se llama Tolstoi, soy vecina de Dante y a una vuelta me esperan Víctor Hugo y Leibnitz.

Esa noche, para variar, yo no dormía. Esperaba a que las  dormitivas' hicieran lo suyo y poco a poco fui cayendo. Así, como un perro que se resiste a los efectos de la anestesia, entreabría los ojos pero no cedía.

Entonces te vi; sentado en mi silla, en mi escritorio y, lo más descarado, con mi libreta amarilla y la única pluma que llevaba. Lo único en lo que pensé es en que se iba a terminar mi tinta o que arruinaría mis apuntes. No hubo susto porque yo no sé qué tan conciente estaba pero te veía escribir, o mover la pluma como si eso hicieras, luego arrancabas mis hojas y las tirabas al suelo. Pregunté quién eras y qué hacías, ya no en mi casa, ¡en mi escritorio!, y me dijiste que para estar soñando hacía muchas preguntas. "Estás en mi espacio, lo menos que merezco es una respuesta", contestaste: "soy Rob' y estoy tratando de terminar algo, no necesitas saber más". No hablé más y lo dejé que usara mis cosas.

Rob era un tipo, entre sombras fue lo que noté, de cabello rizado, robusto y dado que estuvo sentado no noté si era alto pero su tronco indicaba una estatura promedio. Usaba una camisa oscura con los puños arremangados y tenía un tatuaje en la muñeca izquierda de un símbolo que desconozco. Era zurdo.

No hablé más y ya no supe a qué hora dormí. A la mañana siguiente estaba mi libreta abierta en una hoja que sólo decía 'Rob' con letra que no parece ser mía. Mi lógica dice que me levanté sólo a escribirlo para recordarlo al día siguiente; es lo más conveniente de pensar o ya no querré vivir sola.

A veces, cuando ya ando por la fase dos del sueño, siento que mi almohada (la que no uso) se hunde pero me ignoro porque a lo mucho sería un Rob confianzudo que se cansó de escribir y decidió recostarse.

Esa misma noche, cuando logré dormir: Sebastopol fue todo mi escenario. Ese Tolstoi tan explícito, con su tanta sangre, sus tantos caídos. Y mi tanto trauma.

Vamos a escribir hasta que se vuelva rutina. Vamos a escribir hasta que sea necesario. Vamos a escribir incluso dormidos. 

"I'm workin' on my rewrite, that's right Gonna change the ending Throw away the title Toss it in the trash"

28.4.13

Sin juicios.

Entonces uno de esos espíritus de vidas pasadas se poseyó de mí y me vi cantando a lágrima suelta Where Did You Sleep Last Night versión Cobain. 

Sentía en el pecho un dolor que no era mío y la sal de la gota que iba cayendo no sabía a mi PH, era menos fuerte. Era un hombre triste y dolido por sabrá Dios qué tipo de engaño pero como buena o mala mitómana me dio pie para inventarme una historia. La más decadente y pesada de las tristezas la llevaba el hombre que estuvo en mí la madrugada del 28 de abril del 2013. Tanta era la melancolía que sentía aquel hombre que no chisté en hacer nada por negarme ¿qué me costaba prestarle mi entidad para que pudiera sacar un poco esa pesadumbre que llevaba a cuestas?

Ya estaba en casa pero seguí sintiéndome afligida, no había ninguna razón para ello pero así era. Me dejé llorar y dejé que él llorara a través de mí. Sollozábamos juntos y dejé que le doliera mi pecho y que sintiera escalofríos en mi piel. A veces me pesa más un desconsuelo ajeno, por lo mismo, porque no sé qué hay de trasfondo. No hablamos; no hablé, sólo pensaba en la necesidad del tipo que buscaba un cuerpo para alivianar una carga, un remordimiento, un arrepentimiento, un hubiera... 

Le puse música para que dejara de hiperventilar y llorara como cuando un borracho vagabundo está lúcido y por primera vez se da cuenta que no tiene o no sabe de dónde sacar opciones. Para que llorara sin recato, sin vergüenza, como si nadie fuese testigo. 




Llore, mi señor, que aquí los verdugos y los jueces están prohibidos.

Llore, mi señor, que alguna vez fuimos niños los dos y yo también necesité que me dejaran sentir a solas, sin cuestionar la gravísima o estúpida razón por la que me creía por debajo de los gusanos. 

Llore, mi señor, que puede que en esa otra vida de la que usted viene seamos conocidos.

Llore, mi señor, que quizá algún día yo iré a llorar hasta donde usted se encuentre.



"Days turn to sand, losing strenght in every hand, they can't hold you anymore..."

 Eran las 5:09 am, seguimos llorando pero ya estamos cansados. Ya casi dejamos ir eso que tanto le agobia. Ya casi. 

25.4.13

Ya.

I'm a little divided, do i stay or run away and leave it all behind? 


“¡Tantos de nosotros nos hemos convertido otra vez en niños! No es que lo hayamos buscado, ya me entiendes, ni que seamos conscientes de ello. Pero cuando la fe desaparece, cuando comprendes que ni siquiera te queda la esperanza de recuperar la esperanza, entonces tiendes a llenar los espacios vacíos con sueños, pequeñas fantasías y cuentos infantiles que te ayuden a sobrevivir.”


Ese día la vi pasar con su sonrisa completa y su mirada como todos los días, carente de algo, de todo diría yo. La señora Rosa camina ya por inercia, porque sabe que debe caminar, comer, dormir y levantarse al día siguiente porque su botón se rehúsa a volver a crecer de nuevo y ella se rehúsa a dejarlo morir: lo alimenta, lo asea, lo cuida, lo mantiene –literalmente- vivo.

Yo iba en el coche y ella caminaba por la acera del frente rumbo al jardín donde duerme su botón. A lo lejos hace el ademán de un saludo efusivo diciéndome adiós, yo le respondí con la misma emoción pero con doble cara; siempre me da gusto verla aunque termino llorando cuando lo hago. Ver a alguien que quiere hacerse pasar como otro alguien que está bien, cuando es del dominio público que es lo contrario, es algo de lo más triste que te hace sentir chingadamente' impotente.


Las historias largas empiezan por pequeños accidentes; los accidentes muchas veces suelen pasar por malos entendidos; los malos entendidos siempre son porque el ser humano es idiota por naturaleza y parece que la vida le dio boca sólo para vomitar veneno olvidando que puede salir un diálogo de ella.


Ya hace tiempo de aquel ‘accidente’. La señora Rosa debe estar cansada; se le nota en el semblante, en la mirada, hasta en la voz. Como si su cuerpo pidiera clemencia al dios en el que ella todavía cree para que esto termine pronto. Los que la queremos, a ella y a su botón, (aunque sea mal visto) muchas veces pedimos por lo mismo, seamos o no creyentes. Ni espinas tiene ya. Los tiempos en los que los caballeros la buscaban por su rozagante aspecto han pasado y al parecer es lo que menos le importa. Ella vive esperanzada a que un día su botón haga un movimiento, dé una señal o muestre un signo de que quiere seguir aquí; y mientras siga absorbiendo el agua que le dan, la señora Rosa seguirá sin mostrar indicios de rendirse.

A veces creo que si me falta esperanza, y creo no ser la única, debe ser porque ella se le ha llevado. Tómela, señora Rosa, al fin que yo no la aprovecho y espero su botón se decida a arraigarse o dejarse arrancar por alguna corriente de aire más fuerte que él llevándolo a donde tenga que estar. 


Y a los demás botones: todo va a estar bien, no lo digo yo; el tiempo sí.



It's times like these you learn to live again
It's times like these you give and give again
It's time like these you learn to love again
It's time like these, time and time again




Pd. Su nombre no es Rosa pero su botón sí existe y sigue sin querer abrirse de nuevo. 



25.1.13

Cuando crezca...


"When I grow up, i want to be a forester run through the moss on high heels, that’s what i’ll do, throwing out boomerang, waiting for it to come back to me"

Llevaba prisa por crecer.

Desde que ese hombre plantó una semilla con la intención de que algún día éste le diera sombra para poder cobijarse en los días de mayo donde la temperatura rebasaba los 30° se cuestionaba por qué el tiempo no pasaba más rápido. No creció solo. Al lado había un naranjo y un limonero que aunque habían sido sembrados con otra intención los cuidaban de igual manera.

Pasaba el tiempo y a pesar de ser el más fuerte era el más inmaduro. Todos los días le preguntaba al naranjo y al limonero si sus ramas se veían más largas, si su tronco era más ancho o si ya tenía algún fruto que quizá no alcanzaba a ver.

Cada año, los otros dos árboles comenzaban a tirar limones y naranjas cuando sus ramas ya no podían con ellos; éste otro seguía preguntándose por qué él ni siquiera tenía el follaje suficiente para dar una buena sombra. A pesar de ello, el hombre seguía cuidándolos con el mismo esmero que cuando los sembró. Los regaba a diario y cada cierta fecha les pasaba una brocha con pintura blanca para que las plagas no llegaran a ellos. Pasaba el tiempo y los que eran niños ya eran hombres que a su vez empezaban a tener descendencia.

- ¿Yo qué hago aquí? ¿por qué yo no me puedo mover? ¿por qué todos crecen y yo no? ¿por qué lo único que hago es tirar hojas cada noviembre?, dijo el árbol.

- Tantos porqués harán que te duelan las ramas. No preguntes por qué, sólo acepta que es por algo. Contestó el limonero.

El naranjo sólo escuchaba las pláticas y era raro que emitiera un juicio. Era frondoso y daba fruto todo el año. Los niños preferían jugar alrededor de él y hasta la abuela optaba por poner la silla de mimbre bajo su sombra. Luego, cayendo la noche tomaba unas hojitas para hacer un té y se metía a la casa.

El árbol siempre de pie pero con toda el coraje en su tronco que había guardado hacia el naranjo fingía que no pasaba nada. El limonero se daba cuenta de todo pero estaba confiado porque creía que no corría peligro el naranjo estando vivos pero inmóviles.

Un día a principios de agosto se anunció una fuerte tormenta proveniente del Pacífico. La familia tomó todas las precauciones quedando lejos del patio por horas.

El aire era tan fuerte que por un momento el árbol se sintió libre, tan libre que aprovechó la oportunidad para balancearse y lograr topar con el naranjo haciéndolo que cayera.

El viento y la lluvia cesaron. La familia salió a ver sus árboles y para su sorpresa: el naranjo por proteger al limonero sacó sus raíces del piso cayendo sobre el árbol.

El limonero sigue dando frutos; el naranjo pudo ser sembrado de nuevo y poco a poco va reavivando y ¿ves esa bonita banca entre los dos otros árboles? Caben tres o cuatro personas para oler cítricos toda una tarde de mayo sin tener que buscar sombra. 

Tan bonito el árbol que tomó forma de banca donde caían hojas de naranjo y de limonero para los tés de la abuela. Tan bonita banca, tan útil y tan simple.

Al fin se sintió parte de algo.





A veces escribo sobre árboles también. O sobre lo que sea.
Más importante que llamarse Ernesto, es elegir la banda sonora de tu vida.