Entonces uno de esos espíritus de vidas pasadas se poseyó de mí y me vi cantando a lágrima suelta Where Did You Sleep Last Night versión Cobain.
Sentía en el pecho un dolor que no era mío y la sal de la gota que iba cayendo no sabía a mi PH, era menos fuerte. Era un hombre triste y dolido por sabrá Dios qué tipo de engaño pero como buena o mala mitómana me dio pie para inventarme una historia. La más decadente y pesada de las tristezas la llevaba el hombre que estuvo en mí la madrugada del 28 de abril del 2013. Tanta era la melancolía que sentía aquel hombre que no chisté en hacer nada por negarme ¿qué me costaba prestarle mi entidad para que pudiera sacar un poco esa pesadumbre que llevaba a cuestas?
Ya estaba en casa pero seguí sintiéndome afligida, no había ninguna razón para ello pero así era. Me dejé llorar y dejé que él llorara a través de mí. Sollozábamos juntos y dejé que le doliera mi pecho y que sintiera escalofríos en mi piel. A veces me pesa más un desconsuelo ajeno, por lo mismo, porque no sé qué hay de trasfondo. No hablamos; no hablé, sólo pensaba en la necesidad del tipo que buscaba un cuerpo para alivianar una carga, un remordimiento, un arrepentimiento, un hubiera...
Le puse música para que dejara de hiperventilar y llorara como cuando un borracho vagabundo está lúcido y por primera vez se da cuenta que no tiene o no sabe de dónde sacar opciones. Para que llorara sin recato, sin vergüenza, como si nadie fuese testigo.
Llore, mi señor, que aquí los verdugos y los jueces están prohibidos.
Llore, mi señor, que alguna vez fuimos niños los dos y yo también necesité que me dejaran sentir a solas, sin cuestionar la gravísima o estúpida razón por la que me creía por debajo de los gusanos.
Llore, mi señor, que puede que en esa otra vida de la que usted viene seamos conocidos.
Llore, mi señor, que quizá algún día yo iré a llorar hasta donde usted se encuentre.
"Days turn to sand, losing strenght in every hand, they can't hold you anymore..."
Eran las 5:09 am, seguimos llorando pero ya estamos cansados. Ya casi dejamos ir eso que tanto le agobia. Ya casi.