23.10.19

La Memoria del Cuerpo.

Todavía me pierdo entre las fechas pero estoy -casi- segura de que fueron el 21, 22 y 23 de octubre del 2016 aquellos días en los que sentí que no vería la luz del siguiente. Después fueron los otros meses, yo diría que casi el año pero si me doy mi lugar y reconozco que de verdad me esforcé e hice -no lo imposible- lo impensable, debieron haber sido unos nueve.

Desperté con una maraña en la pelvis, o vientre, o chakra principal, o lo que sea, pero no entendía porqué. Después de tanto, ya distingo la ansiedad y el pánico de los simples nervios. Ésta vez era una mezcla de los tres.

Aparte de mi centro hecho nudo, tenía taquicardia, temblores, zumbido en los oídos y respiraba a medias, todo lo físico indicaba que venía el colapso, esta vez no traía ni un pedacito de Clonazepam en mi bolso (que lo cargo para casos así), pero mi mente estaba bien; mi humor era bueno y mi actitud también. Cuando mi cuerpo y mi mente se contradicen -no pasa seguido- tiendo sólo a sentarme y dejar que llegue el golpe final para ver cuál ganó. Sin hacer nada. Terminé en el baño, como siempre, el vómito es mi pasiflora.

Entonces vi el calendario (tengo 3 días escribiendo esto), 21 de octubre. Recuerdo que Deni me mandó un mensaje preguntándome si aún seguía con L; "pues sí, está en la casa, yo con mis papás, ¿por?" y ahí me dijo que alguien lo había visto con una tipa en un bar muy sospechoso. Conozco, quiero y confío en Deni completamente, sé que no diría algo sólo por lastimarme.

Era viernes y yo esperaba las 5 pm para llegar a 'nuestra casa' a confrontarlo. Nunca un camino me pareció tan largo; nunca un paso lo sentí tan lento; nunca un dolor lo sentí tan real aunque yo sabía que no existía. El amor no duele, el desamor sí.

Lo único que quería era llegar y que me dijera que era mentira, que era un chisme, que yo era el amor de su vida, como tantas veces me lo dijo antes, y quedarnos abrazados juntos porque al día siguiente era su cumpleaños.

Nada más diferente a lo que yo tenía como escenario. Él no dijo nada, yo lloraba, como implorando una mentira que me sacara de lo que sentía, pero él se limitaba a negar con la cabeza. Le di su regalo porque yo para qué lo quería. Él se salió más tarde porque era su cumpleaños y tenía que celebrar, lo nuestro podía esperar. También me salí de esa horrible casa que nunca sentí como hogar y que tanta angustia me daba para ir a casa de uno de mis amigos.

Volví como a las 12 am a 'nuestra casa'; desecha, rota y desorientada; a eso de las 3 am llegó él con la tipa con la que lo habían visto "a seguirle". Ajá, a nuestra casa llegó con la mujer que se supone era el motivo de que terminaríamos. Sí fui muy estúpida pero alego a mi favor que de repente creía que por el amor se luchaba y yo estaba casi segura -aunque había mil señales de meses anteriores de que ya no estaba enamorada- de que era el hombre con el que tendría un proyecto de vida. Mi vida. Nuestra vida.

Drama. Drama. Drama.

Él sólo quería un lugar donde poder tomar después de que le cerraran todos los bares y ese lugar, decidió, sería nuestra casa. Yo llorando en la habitación y él tomando con ella en mi sala (porque TODOS los muebles eran míos). Salí del cuarto, más drama, y ella terminó yéndose. ´Él se fue detrás de ella.

¿Ven cómo sí fui estúpida? Todavía tuve el descaro de volver con él en diciembre. Preséntenme la dignidad, por favor.

22 de octubre. Todo mi día fueron lágrimas y yo empacando en bolsas, cajas, cobijas, lo que -se supone- era nuestra vida juntos. En 24 horas me quedé sin nada; sin ideas de qué seguía después de que el amor te traicionaba, sin planes, sin confidente y sin confianza. A pura sal en la cara de tanto llorar, no podía hacer otra cosa, no tenía idea de porqué a mí si yo era tan buena (estúpida) y tan comprensiva (estúpida). Mi error también fue que no tomaba como él quería, porque eso era importante en nuestra relación, tener problemas con el alcohol. Claro que me gustaba pero también quería quedarme en casa haciendo nada; él no, se deprimía. Parecía que su espíritu se alimentaba de lo social (redes, fiestas, bares). No fui suficiente (ESO CREÍA, YA NO).

Diana es mi prima pero es mi mejor amiga también, recién había salido de una relación que quiso mucho pero -ahora lo dice- lo mío fue más dramático y no se dio oportunidad de llorarle porque estaba cuidándome. Me ayudó a empacar, llegó borracha con un amigo suyo, boxeador, que quería ir a buscarlo para 'partirle su madre'. "No, en serio lo matas de un golpe, no es necesario". Toda la noche estuve llorando y empacando, parecía que le hacía un rito a cada cosa que metía en una bolsa o una caja. Odio los sepelios y eso era muy parecido.

23 de octubre. Con toda la vergüenza del mundo, les dije a mis amigos en el chat de Whatsapp que había pasado esto y necesitaba ayuda para salirme de esa casa; respondieron y en un momento estaban afuera con camionetas y coches para ayudarme a bajar y llevar mis cosas a la casa de Diana, que era a donde llevaría todo mientras buscaba un refugio nuevo (spoiler: encontré algo inmejorable)

Era domingo y yo en verdad estaba rota, pero ahí estaban ellos, muchos, conmigo y sin juzgarme. Mi hermana, mi prima, mis amigos e incluso la novia, que ahora es esposa, de uno de ellos que así, sin pensarlo, llevó la camioneta de sus papás para ayudarme a salir de ahí; dijo que recordaba una situación similar con una de sus mejores amigas y desde ese día la quiero más. Comenzó a llover fortísimo, muchos recuerdan ese día porque no suele llover así, bromeaban con que dejara mi furia un ratito, yo nada más decía que era tristeza.

Luego llegó L y estaba afuera del edificio. Ahora sí quería hablar, después de casi 3 días de borrachera porque pues... Era su cumpleaños y ese gusto no se lo iba a quitar nadie, ni con la que se quería casar y tener una familia. No se acercó porque supongo tuvo miedo/pena/algo de ver a mis amigos enojados. Me fui de ahí más o menos a las 8 de la noche. Lloré mucho cuando dejé a los perros porque no se merecían la vida que les daba, me culpé un montón porque pensé en robármelos pero ni yo tenía casa, ¿A dónde los podía llevar?

Llegué a casa de mis papás con dos maletas. Llorando. Les dije que no había funcionado. No les mencioné lo de la infidelidad porque vaya si soy estúpida, en mis adentros, algo me decía que eso se iba a componer y volveríamos a nuestro proyecto juntos.

Y fue el 23 de octubre de 2016 el día en que dejé esa casa que tantas lágrimas me dio. Vacía. Con su ropa, que era lo único suyo, encima de una cobija.

3 días que parecieron uno.

Y pensar que todo esto salió de que sentí el vientre revuelto y vi el calendario. La memoria del cuerpo es impresionante. Ojalá también ella ya lo dejé ir. 

16.9.19

...

Yo quería escribir mis reflexiones sobre el 10 de septiembre pero anoche, no sé porqué, decidí quedarme viendo TV con mi perra que resultó en una velada de confesiones de 5 años después que me parecieron fáciles y hasta graciosas de decir y de leer/saber en ese momento, pero hoy -el día siguiente- desperté con una sensación de vacío nada más de pensar en los hubieras'. 

Quizá me habría evitado el dolor más grande de mi vida. 

Nunca lo sabremos, pero no era el momento. Estaba tan segura de unas cosas y tan insegura de otras que, como dice uno de mis exjefes "ante la duda, Sandra, es un no".

Hasta ayer me jactaba de sentirme tranquila y no querer nada más que no fuera eso: tranquilidad.

Pero luego desperté con las ideas hechas nudos porque ya no puedo dejar de pensar en mí en otros escenarios y me puse a llorar, como siempre, porque me doy cuenta que mi tranquilidad es de azúcar y que cualquiera que me plantee otros caminos que debí haber tomado en tiempo pasado me vuelve chiquita porque soy la reina de los escenarios inexistentes y en mi otra vida, en aquella donde me fui por otro lado, quizá soy muy feliz al lado de quien, en aquel momento, no me supe quedar. 

En fin... Es horrible seguir creciendo. Ahí para la otra. 

18.1.19

2019

Oigan, traten de ser felices con lo que tienen, vivan la vida intensamente, luchando lo conseguirán.

Que todo lo bonito los lleve de la mano, y que si pasan por algún mal rato no sea en vano y deje la huella de una gran lección de vida.

- Abracen mucho, cada que puedan.
Rían hasta cochinear; un estudio inventado por mí, arrojó como resultado que una risa con cochineo es una cadena de carcajadas de efecto duradero.

- Coman todo lo que puedan, cuando puedan; llegará el momento donde les falle la dentadura y se arrepentirán de no haber mordido esa palanqueta.

- Bailen, bailen mucho. Los pasos más originales son de aquellos que dicen que no saben bailar.

- Quieran hasta romperse, pártanse el hocico, apuéstenlo todo, si no funciona que no quede en ustedes. No tienen que portarse como el otro, stay classy.

- Nada es para siempre. Ningún corazón se rompe para toda la vida, denle chance a otro de ayudarles a juntar los pedacitos.

- No se espanten con los perros pateados, todos hemos sido uno alguna vez, pero si se topan con un fan del dolor amoroso, huyan sin explicaciones.

- Háganse confidentes de su soledad; me he enamorado muy fuerte pero nunca sufrí por no tener a alguien conmigo, lo que deriva a que todo llega cuando así debe ser.

- No forcen las cosas, si el zapato no es de su calce, déjeselo a otra cenicienta.

- Ahorren. Aunque el dinero no lo es todo, es el que costea todas esas cosas bonitas como viajes, conciertos y juguetes de esos que les hacen sonreír.

- Y repito: No es su obligación querer a quien los quiere; pero tampoco sean hijos de la chingada y anden dando esperanzas de que van a querer.

- Una vez que saben que alguien los quiso como a nada, no acepten una oferta menor.

- Está bien ridículo decir esto pero crean en lo que quieran, no hay nada más triste que un hombre que no tiene en quien creer.

- Traten bien a los niños y a los animales. Sean educados, amables. No sabe lo poderosa que es una sonrisa ante quien no está acostumbrado a recibirla.

- Por favor y gracias, palabras de poder; SIEMPRE.

- Pueden tener exceso de confianza con sus padres pero respétenlos. Si un día están en modo nefasto, hostil, harto o lo que sea, díganlo y enciérrense, los demás no tienen la culpa de ello, doy fe.

- Escriban, lean, escuchen, prueben, atasquen sus sentidos, no se queden con las ganas.

No tropiecen dos veces con la misma piedra; puede cambiar de posición o hasta de lugar pero la piedra será la misma.

Si yo pude; ustedes también.

Y lo más notorio; cambia el año pero si la actitud sigue siendo la misma, olvídense de cualquier mejora.

Feliz, muy feliz vida a todo el que lea esto.

*Escrito en diciembre de 2015. Extrañamente, en enero de 2019 siento que me queda mejor incluso que cuando lo pensé.

Quédense. Se pone bonito.

Más importante que llamarse Ernesto, es elegir la banda sonora de tu vida.