8.10.13

No.

Un día random despiertas y no sabes para dónde vas.

Tampoco sabes ubicar los puntos cardinales y más perdido te encuentras aún. Ese mismo día se te olvidó cargar la sonrisa y los ojos expresivos en el bolso y sólo traes un plástico para pagar en caso de emergencia, cero efectivo y al contrario de los dichos, son cosas que no puedes comprar. Ese día no haces más que matar el tiempo porque tu sentimiento es tan fuerte pero eres tan bueno/débil que no puedes matar otra cosa.


Un día no tan random por ser cumpleaños de tu padre; te sientes sólo un poco más mierda que de costumbre y terminas siendo consolada por un bolero. Entonces empiezas a hacer recuento de cuando éramos felices pero no se acabó; lo terminamos.

Un día te duele la cabeza hasta el punto de casi chocar contra un coche porque la conciencia te iba nublando la vista con imágenes y escenas que creíste haber sepultado y era cuestión de tiempo para reventar. Luego empieza la voz diciendo "ya comienza"; yo sé lo que tengo que empezar pero esa estúpida e intangible cosa llamada orgullo no es fácil de combatir. Tengo cerca de catorce años sin dormir más de cuatro horas seguidas; he durado tres semanas con quince horas prorrateadas, no quiero pensar que la conciencia tiene algo que ver con esto.

Tengo una lista de perdones guardada y no sé cómo empezar a tachar nombres. Creo que yo no tengo problema con nadie; no me gustan. Pero hay quien sí, sus motivos tendrán.



De lo que lee usted no crea más que lo que para su bien le convenga. En este mundo nadie es transparente.



Como vulgar y coloquialmente se diría la he cagado.  De esas formas en que sólo se echan a perder las cosas cuando uno nunca aprendió a estar bien. De esas en las que sentía un dejo de estabilidad y salías corriendo porque somos humanos; por ende, pendejos y tenemos un miedo natural al cambio.


Un día te despiertas en otra ciudad y tardas cerca de cinco minutos en reconocer dónde estás, qué haces, con quién cuentas y quien sólo lo dice por compromiso; y te asusta no ver una cara conocida; y se te empañan los ojos pero no tiene caso deshidratarse. No hay Gatorade para esas cosas.

Un día te va a pasar lo mismo; extrema precauciones y lleva agua de toronja: el orgullo sabe a cuando despiertas vomitando bilis, a alguna décima potencia.

Un día. Uno nada más. 




Sorry seems to be the hardest word.
Más importante que llamarse Ernesto, es elegir la banda sonora de tu vida.