Como voltear a ver la cama y verla vacía, muerta. Y verla
como lo que es: algo inerte. Como si esperaras que se moviera para no sentir
que enloqueces de a poco.
El montón de cobijas hacía parecer que había un cuerpo
acostado fetalmente pero no era más que la ilusión de sentir que alguien le
hacía compañía. Se levantó de la silla y empezó a jugar con las mantas
borregas, bailándolas porque la soledad es una cabrona y hace desvariar hasta
al más cuerdo. Entonces su pareja de baile se le fue entre las manos
volviéndose agua morada que se vertía en un chorro en caída libre. Sin creer lo
que le estaba pasando se hincó sobre la duela y se asomó al vacío que se había
formado en la cama.
Un hoyo negro que parecía respirar y susurrarle que se
lanzara para narrar desde adentro qué era lo que estaba presenciando. No lo
hizo. Ya una vez cayó en un agujero sin luz, si es que era del mismo tipo, y la
experiencia no fue grata en absoluto. Siguió en cuclillas a la orilla del vacío
que se había formado en el colchón tragándose a su compañera de baile.
Esperando algo, lo que sea; una voz o ruido; un objeto hacia afuera; un susto
por lo menos. Sólo veía movimientos en espiral; luego concéntricos hasta provocar náuseas. Gritaba sin obtener respuesta de regreso pero todo seguía igual.
Vio el reloj y lo que para ella hubiera sido una hora no fueron más que tres
minutos.
Después de haber visto la nada comenzó a cuestionarse si ésta
es su vida o la de alguien más; si es la primera o la última; si está en un
mundo alterno o en el real. Porque en
la nada no hay pasado, ni futuro, ni siquiera presente; nada tiene tiempo
conjugado. En la nada sólo hay eco y silencio y no se llevan bien, tanto que
nunca pueden estar en el mismo lugar al mismo tiempo. En la nada no existen las
casualidades, ni causalidades, menos el destino o la suerte. En la nada sólo
hay carencia de luz y puedes inventar el mundo que deseas: el mundo perfecto; el
de un ciego que no conoce y todo lo que tiene es creado por la óptica que le ofrece
el resto de sus sentidos. En la nada todo es hermoso o abominable. Todo es mentira o verdad. Y al contrario: todo es absoluto y nada relativo. En la nada
podemos ser todo o nadie. En la nada no hay puntos medios. En la nada somos
eternos. En la nada somos y no…
La nada es encantadoramente
seductora. Tan lo es que ésto que lees quizá no sea. Y la nada es testigo.
Es tan tarde y yo sigo en la nada.
"...I'd been listening to lies but in silence there is truth, there is beauty, there is love. There is nothing in the silence to be frightened of"