11.4.21

¿Y si mejor chiflas cuando esté cerca?

 Yo no quiero alguien que me ame tanto que me necesite; nomás que chifle de contento cuando sepa que estoy cerca.


Mi mamá se va al rancho cada 3 semanas a cuidar a mi abuelita. De domingo a domingo. Mi papá se queda en la casa con mi hermana, Estopa y yo y -aunque puede no hacerlo porque es el dueño- cuando mi mamá no está, se avienta el turno completo en el Modelorama.

Toda la semana, desde el lunes hasta el sábado porque el domingo va por mi mamá al rancho, va de 10 am a 9 pm al trabajo. Llega a las casi 10, cena cualquier cosa, y se mete a su cuarto a 'ver tele' hasta que se queda dormido.

La semana pasada prácticamente estuve sólo con Estopa en la casa porque hubo mucha gente por Semana Santa y mi hermana trabajo día y noche. Cuando él llegaba yo ya estaba dormida y cuando se iba también. 

Nada más hablábamos por teléfono. Se le nota el extrañamiento en las ganas de no hablar conmigo.

El domingo, Marcos se va por su señora al rancho, no tan tarde para poder asar carne o freír pescados y comer ahí con ellos.

El lunes ya mi mamá está en casa, lo normal; hace sus cosas de El Hogar, ve TV, hace ejercicio, se pelea con Estopa, etc... Cuando ella está, mi papá a las 4 está en la casa para comer con quien esté, pero mi mamá va de cajón.

Tienen 48 años juntos, se pelean o se ríen de nada.

Pero cuando mi mamá está, mi papá chifla alguna canción. 

Aunque no estén en el mismo cuarto; se va a regar las plantas, le da manzana a Estopa, hace sus cuentas... Chiflando.

Yo no me había dado cuenta, pero sentí bonito de pensar que el amor real sí existe pero -claro que habrá excepciones- no es instantáneo; se construye, se acompaña, se planea, se cocina a fuego lento. 

Y si chiflas mientras eso pasa, quizá la espera sea más amena.

Más importante que llamarse Ernesto, es elegir la banda sonora de tu vida.