10.9.15

Es caro ser un loco

En los tiempos de mis abuelos -o en los actuales pero en comunidades alejadas de poquita' civilización- la gente no podía darse el lujo de decir que estaban locos; para eso estaba El Diablo al que se le culpaba de poseer los cuerpos de quienes no tuvieran una salud mental medianamente buena.

Pero ahora podemos decir (o hasta compartir en redes sociales) irresponsablemente, que somos bipolares; paranoicos; esquizofrénicos o depresivos cuando solamente; o eres neurótico; voluble; o simplemente pasas por un mal momento que -cualquiera que tenga un IQ de más de 70- sabe que hay factores detonantes que pueden justificar una depresión pero ¡detente! Crees que eres especial autodiagnosticándote N cantidad de enfermedades cuando no tienes puta idea de lo qué estás hablando.

No. No. En esta época ser loco (al doctor no le gusta que los llame así) es muy caro.

Es caro amar y ser correspondido y vivir con el miedo de un día despertar y no querer ver a esa persona que hace que los buitres se coman tus miedos.

Es caro tener un rush de manía y tener cien ideas en media hora, releerlas cuando bajó y desecharlas todas porque las crees estúpidas. No lo son.

Es caro el desgano.

Es caro el desapego. Querer con tu alma podrida a un montón de gente y de repente pasar meses sin buscarlos porque no quieres platicar.

Es cara la misantropía y el complejo de sentir que nadie te merece.

Es más cara la baja autoestima cuando te ves a un espejo y no ves lo que los demás creen de ti.

Es caro no poder hacer planes a más de un mes porque sabes que no puedes comprometerte.

Es caro el prejuicio de los que no te conocen. Es desgastante lidiar con aquellos que creen que todo es mental y sólo quieres atención.

Es caro que te hable el espejo para querer sobajarte y humillarte como ningún otro puede hacerlo. Porque uno no necesita enemigos cuando es uno mismo el que se pone bajo la lupa.

Es cara la ignorancia. La indignación que te provocan ciertos comentarios hacia ti o hacia algún otro en condiciones similares.

Siendo serios, la salud mental es importantísima. Si creen -honestamente y no quieren jugar a ser cool porque hasta ahora, no porque está de moda, idiotas, sino porque la difusión y el progreso de la ciencia es muy grande- se dan a conocer todos estos padecimientos, vayan con un psicólogo, él les dirá (si es uno ético) si deben ir con él o con un psiquiatra. Es tristísimo ver suicidios que pudieron evitarse si se hubieran atendido, aunque si también era una decisión ya hecha, ni para dónde hacerse. No juzguen a quién lo haga, los hace ver como horribles especímenes.

Ah, se me olvidaba: también es caro el tratamiento y tus dos visitas al mes (según sea el caso) con el psiquiatra.

El día que vean sangrar a las paredes, entonces sí preocúpense.

Más importante que llamarse Ernesto, es elegir la banda sonora de tu vida.