30.11.14

Cuba

A las 8 de la noche ya estaba instalada y limpia por el duchazo con agua helada que tomé, me dio pena preguntar por el agua caliente. Escribí tres páginas en la libreta que me dio Emma en un viaje a Guadalajara que hice hace un par de meses pero mi tinta se terminó; me va a cobrar impuestos Fidel. A las 8:30 quedé dormida y, fuera de todos mis horarios, desperté a las 2 de la madrugada pensando en... Cosas. Cosas que sí y cosas que ¿por qué no? Cosas que no importa en qué huso horario me encuentre; mi cerebro no sabe de geolocalizaciones. Escucho a Real de Catorce y vuelvo a pensar en el daño que me hice al idealizar un amor violento por amar Beso de Ginebra y buscar ser la Wanda de un Hank. Mi aleteo de la mariposa pudo haber sido el haber ido a ese concierto en el año 2000 y después haber salido con el que me leyó el 'there's a blue bird on my cage', dos años después.

En fin, la mariposa hizo lo suyo y yo sigo desmadrada a los treinta sin saber a dónde voltear.
Necesito las alas de un dragón para ver si esto se pone interesante.


Definitivamente.
Más importante que llamarse Ernesto, es elegir la banda sonora de tu vida.